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Alcaldes pedáneos y delegados de barriadas reúnen informes de la repercusión del nulo avance de las obras en cada núcleo poblacional
La sensación de que en cualquier momento cortan la carretera de La Barca preside la tensión latente entre los vecinos de las pedanías y las barriadas rurales. Ya no aguantan más y las movilizaciones que en breve tendrán lugar, según voces que lo confirman desde diferentes núcleos de población afectados, se afianzan en la recogida de información que cada alcalde de ELA y delegado de alcaldía efectúan durante estos días.
La elaboración de informes por parte de cada dirigente, según ha podido saber LA VOZ, consolida la coordinación necesaria para convocar una o varias medidas llamativas de reivindicación que, haciendo explosionar los ánimos ahora frenados, elevarán la temperatura de una queja sin respuesta sobre el terreno: la práctica paralización de las obras de mejora de la carretera más peligrosa de la zona. «Raro es el día que no se sale alguien de la carretera con el coche», reconocen los vecinos.
Estella del Marqués, Cuartillos, La Guareña, Magallanes y La Barca, que son aquellos núcleos por los que pasa la A-2003, o algunos otros como Majarromaque, San Isidro del Guadalete, El Torno y Torrecera, que requieren de este vial para comunicarse con Jerez, están acercando posturas a fin de conseguir de la delegación provincial de Obras Públicas que se reanuden los trabajos. Éstos cuentan con consignación presupuestaria pero falta liquidez para afrontarlos.
La delegación del Medio Rural del Ayuntamiento de Jerez es partidaria, sin embargo, de aguardar a la disposición de la documentación requerida a Obras Públicas para que consten en el Consistorio matriz la correspondiente acreditación de ciertas modificaciones del proyecto inicial que aún no constan por escrito en la ciudad. Se trata del inicio, por el lado del casco urbano, no ya en la misma pedanía de Estella del Marqués sino a la altura del Parque de las Aguilillas. También se cambiaron los planes iniciales en Magallanes.
Y, con todo, Susana Sánchez Toro, la concejala del Medio Rural, se pronuncia por el mantenimiento de un primer momento de espera. «Antes de echarse a la calle hay que dar un tiempo prudencial a la Junta», señala. El caso es que las obras no avanzan por mucho que el delegado provincial, Pablo Lorenzo, insiste en lo contrario. «Lo único que hacen es regar un poquito el firme en obras de vez en cuando», dice Sánchez Toro apuntando que, por mucho que pasa por la carretera, nunca encuentra operarios o maquinaria en marcha.
«Tenemos que tener respuestas antes de las elecciones», asegura la concejala quien, pese a la petición de prudencia, señala que en febrero ha de producirse alguna necesaria reacción ciudadana. «En La Barca están por manifestarse», indica. Con la principal pedanía afectada los restantes núcleos próximos también están ya enconando posturas al respecto.
El problema es que el cambio se signo político que pudieran deparar las urnas a Andalucía en los próximos comicios autonómicos podrían colocar al PP en la tesitura de un cambio desde la posición de reivindicante actual hasta la de demandado por las quejas vecinales si entonces sigue sin poderse afrontar el avance de las obras. Y ello también explica la prudencia.
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